El presente tema, pone de
manifiesto una controversia que en la actualidad y con el tema de los cambios
climáticos ponen en entredicho la polémica acerca de la conservación natural, y por ende, de
aquellos espacios creados por el hombre, considerados como reservas, como lo es
el caso de los zoológicos. Como se ha venido planteando en capítulos
anteriores, la creación de los zoológicos, sobre todo a partir del siglo XX,
son considerados como espacios naturales dentro de la ciudad, en donde los
visitantes tienen la posibilidad de aprender acerca del medio natural, de la
biología en general, modos de vida de los animales; por ello, se espera de
estos espacios que el hombre adquiera respeto por el medio ambiente, así como
por la importancia de su conservación.
La idea primordial que debe
de prevalecer en los zoológicos, radica en “…la responsabilidad de propiciar
una cultura de conservación para preservar los invaluables espacios naturales
con que contamos.”[1] Y es precisamente aquí, donde el tema de
patrimonio adquiere relevancia; se trata del tema de patrimonio natural. En
este sentido es a través de la responsabilidad conjunta entre sociedad y
gobierno que se actúe con responsabilidad y cuidado en beneficio del medio
ambiente a favor de las generaciones venideras. Lo anterior plantea una gran cantidad de
inquietudes que giran en torno al rol que deben de desempeñar estos sitios hoy
en día. Sin embargo “…El problema prioritario es encontrar los mecanismos
adecuados que permitan con prontitud y decisión, influir en la actitud mental
de los seres humanos en beneficio de la naturaleza. Hay que generar, desde
luego, los procesos de reconocimiento, comprensión y valoración, pues no se
puede conservar aquello a lo que se le ha otorgado un valor dentro de los
contextos culturales actuales”[2]
El tema de la conservación
no es exclusivo del medio edificado, arquitectónico o urbano. Es de considerar
que el medio natural es el principal medio en el que en su momento un medio
edificado se auxilió para su creación. Así, en lo referente al medio que compete
la presente investigación es de reconocer que “…La conservación implica el
aseguramiento a largo plazo de
poblaciones de especies en los ecosistemas y hábitats naturales, desde los
grandes mamíferos hasta los organismos
más pequeños, los zoológicos constituyen una herramienta para mantener poblaciones de diversas
especies fuera de su hábitat.”[3] Esto nos
habla de la importancia de no solamente exhibir animales silvestres y/o educar
a la sociedad en éste ámbito, sino que más allá de ello, buscar soluciones a
fin de preservar la vida silvestre y así no permitir su extinción. Por ello, el
zoológico debe contribuir a la conservación y reproducción de especies en
cautiverio y su devolución a la vida libre.
Muchos de los zoológicos
alrededor del mundo, y de México específicamente hablando, requieren de manera
urgente, una redefinición de sus objetivos, pues no basta con el hecho de la
exhibición y recreación, sino de un esfuerzo mucho mayor que permita cubrir las
necesidades educativas y de investigación que se van generando día con día en
este mundo globalizado. Es así “… que el zoológico como una institución, es
comparada con ciertos museos, bibliotecas, teatros e inclusive con el aula a
los que no todos tienen acceso, pues involucran una cierta selección, se deben
aprovechar las posibilidades de difusión y educación, en primer nivel, ya que
no se requiere de conocimientos previos, amén de no ser impuestas condiciones
de admisión ni de existir sanciones.”[4]
Los recursos y elementos didácticos de los zoológicos
deben ser suficientes para generar una concientización en los visitantes, para
de esta manera generar la cultura de la conservación de especies aparentemente
sin importancia. Desde un enfoque de centro de historia natural y de
conservación del futuro, “…La educación
y la difusión dirigida hacia los recursos naturales, constituye una necesidad
apremiante, por lo que, lo conducente es protocolizar la responsabilidad que
tienen los zoológicos para actuar como CENTROS DE EDUCACIÓN AMBIENTAL no
formal, lo que hace indispensable la adquisición de un carácter de
obligatoriedad hacia las actividades educativas y de difusión.”[5]
De acuerdo con los autores
Derrickson y Collins “… existe una diferencia entre los zoológicos
tradicionales y los centros de conservación, ya que la meta primordial de éstos
últimos es la reproducción de especies en peligro de extinción, a diferencia de
los zoológicos cuyos objetivos primordiales son la educación y recreación”.[6] Pese a
lo anterior, “… el concepto de los centros de conservación en otros países
puede diferir de lo que México puede constituirse como tal. Es probable que en
el contexto de nuestro país, muchos de los zoológicos, criaderos y acuarios
pudieran establecerse como centros de conservación ya que tienen los elementos
necesarios. Los centros de conservación pueden unir la separación que existe
entre el medio ambiente artificial de los zoológicos urbanos y el de las
reservas y parques nacionales.”[7]
“El zoológico permite
enfatizar cómo la participación del hombre influye en el medio y puede
contribuir a su protección o degradación. Además, a través de la exhibición,
se puede fomentar el respeto hacia la fauna, y mostrar la importancia de la
convivencia. Ello tendría como resultado el que los zoológicos
adquirieran un nivel de CENTROS DE
CULTURA ECOLÓGICA, cuya misión sea la de coadyuvar en la formación de los hombres del mañana
para que aprendan a asumir la gestión del planeta. Se debe de enseñar, en
primera instancia, que la conservación del patrimonio natural de un país es
vital para la supervivencia misma de la especie humana; en muchos casos el
zoológico es la única forma real de contacto con los seres vivos”.[8]
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“Por otra parte, aunque sea aceptada la importancia
de las labores de educación y difusión, éstas, las más de las veces, son
deficientes a pesar de que en los ejercicios presupuestales representan
erogaciones bajas. Por esta razón, no ha sido posible esperar que se lleven con
éxito las actividades encaminadas a la investigación, además de que en términos
generales, simplemente no fueron programadas como tales dentro de la concepción
original del parque.”[9]
“Es ahora, al presentarse
las demandas de investigación y conservación, que se ha prestado particular
atención a estos centros, en espera de que constituyan soluciones prontas y
eficaces. Pero, aún hace falta un proceso de concientización dirigido a las
personas encargadas de estos centros, para que se puedan dar estos pasos y no
nada más esperar escenografías originales y vistosas que hablen de su
modernización.”[10]
“En este mismo orden de
ideas, es preciso tener presente que en los zoológicos se puede dar a conocer
la importancia de la diversidad biológica y su complejidad, pudiendo ser un
canal de información hacia el entendimiento del papel que desempeñan en la
dinámica de los ecosistemas”.[11]
“Los zoológicos,
representan la única posibilidad de supervivencia para algunas especies en
francas vías de extinción, lo que los convierte en auténticos bancos genéticos.
Además, en éstos centros es posible llevar a cabo investigación de alto nivel
relativa a estrategias de reproducción, conducta, alimentación, aspectos de
patología, etc. Cabe agregar que un país que permite la destrucción de sus
ecosistemas y, con ello, de su patrimonio genético, está anulando sus opciones
hacia el futuro.”[12]
[1] Fernando
Gual Sill, et. al. Centros de conservación del siglo XXI, Los zoológicos de la
Ciudad de México. Dirección General de los zoológicos de la Ciudad de México.
Gobierno del Distrito Federal. Secretaría del Medio Ambiente. Memorias
2001-2006, p. 2.
[2] Lourdes
Navarijo Ornelas, “Los zoológicos: ¿Cuál es su misión cultural?”, Revista Ciencias. Número especial. 7 de mayo de
1993, p. 74.
[3] Fernando
Gual Sill, et. al. Centros de conservación del siglo XXI, Los zoológicos de la
Ciudad de México. Dirección General de los zoológicos de la Ciudad de México.
Gobierno del Distrito Federal. Secretaría del Medio Ambiente. Memorias
2001-2006, p. 3.
[4] Lourdes
Navarijo Ornelas, “Los zoológicos: ¿Cuál es su misión cultural?”, Revista Ciencias. Número especial. 7 de mayo de
1993, p. 74.
[5] Lourdes
Navarijo Ornelas, “Los zoológicos: ¿Cuál es su misión cultural?”, Revista Ciencias. Número especial. 7 de mayo de 1993, p. 74.
[6] Wemmer C., Derrickson S., Collins L., The role of
conservation and survival centers in wildlife conservation. En: Kleiman DG,
Allen ME, Thomson KV, Lumpkin S., editors. Wild Mammals in Captivity.
Principles and Techniques. USA: The University of Chicago Press, 1996: 306-313.
Citado
en: Fernando Gual Sill, et. al. Centros de conservación del siglo XXI, Los
zoológicos de la Ciudad de México. Dirección General de los zoológicos de la
Ciudad de México. Gobierno del Distrito Federal. Secretaría del Medio Ambiente.
Memorias 2001-2006, p. 5.
[7] Fernando Gual
Sill, et. al. Centros de conservación del siglo XXI, Los zoológicos de la
Ciudad de México. Dirección General de los zoológicos de la Ciudad de México.
Gobierno del Distrito Federal. Secretaría del Medio Ambiente. Memorias
2001-2006, p. 5.
[8] Lourdes
Navarijo Ornelas, “Los zoológicos: ¿Cuál es su misión cultural?”, Revista Ciencias. Número especial. 7 de mayo de
1993, p. 74.
[9] Lourdes
Navarijo Ornelas, “Los zoológicos: ¿Cuál es su misión cultural?”, Revista Ciencias. Número especial. 7 de mayo de
1993, p. 74.
[10] Lourdes
Navarijo Ornelas, “Los zoológicos: ¿Cuál es su misión cultural?”, Revista Ciencias. Número especial. 7 de mayo de
1993, p. 75.
[11] Lourdes
Navarijo Ornelas, “Los zoológicos: ¿Cuál es su misión cultural?”, Revista Ciencias. Número especial. 7 de mayo de
1993, p. 75.
[12] G. Halffter, et. al., La conservación del germoplasma:
soluciones en México. Folia Entomológica Mexicana, 1980, Nº 46: 49-64. México,
citado en Lourdes
Navarijo Ornelas, “Los zoológicos: ¿Cuál es su misión cultural?”, Revista Ciencias. Número especial. 7 de mayo de
1993, p. 75.
Muy buena información y bien respaldada con sus fuentes, excelente trabajo. Me ha ayudado.
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