sábado, 9 de febrero de 2013

1.1. Los primeros zoológicos en la historia

 
Hablar del origen del concepto de zoológico es adentrarse en la manera en cómo éste ha sido concebido por el hombre a través de la historia. La evolución del concepto “zoológico” ha sido en el devenir de la historia un espacio muy singular que ha adquirido un significado diferente de acuerdo a los objetivos que han adoptado las diferentes culturas en su idiosincrasia; así:
“…las colecciones faunísticas vivas, requieren del establecimiento de los criterios que han prevalecido en su creación y mantenimiento, pues mediante su revisión se puede visualizar la posición que el hombre ha tenido frente a la fauna en diferentes períodos, considerando que los datos históricos testifican las tendencias y los cambios al compararse los acontecimientos pasados con los presentes, al quedar involucrada una cierta manera de pensar en un momento determinado de la historia”[1]
Los primeros testimonios de la relación del hombre con los animales aparece en las múltiples escenas de las pinturas rupestres que claramente son la prueba de la importancia de dicha convivencia: “…nuestros antepasados se interesaban por los animales, movidos por algo más elevado que el mero afán de obtener conocimiento útiles para la caza. Posiblemente su actitud puede atribuirse a la pura e imperiosa necesidad del saber, propia de la especie humana, aún sin tener una finalidad práctica e inmediata”[2]
 
Imagen 01: Cueva de Bacinete :(Los Barrios)Figura humana y toro
Fuente: <http://www.mundocultural.net/rupestre/domest.htm>
 
En términos generales, se puede estar hablando de un “interés” por los animales, por la fauna; un interés que propició la idea de colección, que su vez generó posiblemente la costumbre de conservar y mantener colecciones de animales vivos en cautiverio. Todo ello nos remonta a los primeros zoológicos que surgieron en la Antigüedad. Mesopotamia, Egipto y China llegaron poseer colecciones particulares de vida salvaje, “…símbolo del poder y riqueza de su poseedor, a las que sólo tenían acceso invitados distinguidos, como la que organizó por el año 2300 a.C. un gobernante de la tercera dinastía de la ciudad de Sumeria.”[3]
Se tiene la referencia de que en el año 1500 a.C., la reina Hatshepsut de Egipto estableció el primer zoológico de la historia. Hija y esposa de reyes, quiso ser rey, no reina, y lo consiguió. Apartó de su camino a su sobrino con derecho al trono y durante 22 años gobernó como rey del Alto y Bajo Egipto. Llevaba una falsa barba, símbolo de autoridad de los faraones tal como se muestra en sus estatuas.[4] “…Hatshepsut envió una expedición a la tierra de Punt, al sur de la costa de lo que hoy se conoce como Somalia. Las paredes de su templo mortuorio muestran barcos zarpando en el Mar Rojo para la gran aventura y regresando después cargados con diversas especies de aves, monos exóticos, panteras, jirafas y leopardos, que fueron exhibidos en el Jardín de la Aclimatación, recinto que mandó construir para albergar a estos animales.”[5]

Imagen 02: La expedición a Punt inmortalizado en el templo funerario de la reina Hatshepsut. Los barcos están cargados de regalos y animales exóticos. Imagen de Instituto de Egiptología - Universidad de Berna.

Fuente: David Bressan, In search of Punt: The Lost Land of Gold, Octubre 01 de 2011, [Fecha de consulta: 10 de agosto de 2012], Rescatado de < http://historyofgeology.fieldofscience.com/2011_10_01_archive.html>

Los gobernantes asirios y los faraones egipcios a menudo intercambiaban animales exóticos para sus respectivos zoológicos. Uno de ellos fue el primer gran rey de Asur, Tiglth-Pileser I, quien buscaba animales de tierras cercanas y los daba como regalos o tributos.[6]

Imagen 03: Asirio transporta jaula de los leones, 2300 A.C.
Fuente: http://designforlife.com.sg/thesis/12history.html
 
Imagen 04: Un obelisco conservado en el museo británico describe la captura de animales por parte de Ashur Akbar, uno de los primero reyes de Nínive.
Fuente: Información en Lívingston B. Animals, people, places. Arbor Hause Publishing. New York. 1974. Citado en Lourdes Navarijo Ornelas, “Los zoológicos: ¿Cuál es su misión cultural?”, Revista Ciencias. Número especial. 7 de mayo de 1993, p. 72.
Imagen: British Museum Top 20 14-2 Black Obelisk Close Up.
<http://www.mountainsoftravelphotos.com/England%20-%20London/London/British%20Museum%20Top%2020/slides/British%20Museum%20Top%2020%2014-2%20Black%20Obelisk%20Close%20Up.html>
En China, Wen Wang, fundador de la Zhou, construyó la primera reserva animal. De acuerdo a Wikipedia, Wen lo llamó Ling-Yu, comúnmente conocido como el Jardín de la Inteligencia. Una traducción más exacta sería Jardín de Fomento del conocimiento. “...Los sucesores de Wen Wang conservaron la tradición de construir jardines zoológicos hasta el siglo XIII de nuestra era. Cuando el mongol Kublai Khan asumió el trono de Pekín en 1260, amplió los jardines y mandó hacer, en el centro de Mongolia, el más imponente jardín imperial. El viajero veneciano Marco Polo conoció ese magnífico sitio y describió diversos animales desconocidos en Occidente, como el tapir malayo y el panda”[7]
En el siglo IV a.C., las expediciones de Alejandro Magno llevaron animales de numerosas especies a Grecia. Los romanos continuaron con la costumbre de mantener colecciones zoológicas, pero con el objetivo de proveer animales a espectáculos circenses. El entusiasmo por estos era tal que los primeros tigres llevados a Roma, regalo de un rajá indio a Cesar Augusto, terminaron muertos en la arena. El emperador Trajano celebró la conquista de Dacia con 123 días consecutivos de juegos, durante los cuales se sacrificaron 11.000 animales (leones, tigres, elefantes, rinocerontes, hipopótamos, jirafas, cocodrilos y serpientes). Estos "deportes" eran tan populares que casi todas las ciudades romanas poseían una arena y animales para abastecería.[8]
Como menciona Lourdes Navarijo, es importante mencionar que cuando “Alejandro Magno llegó a Egipto mandó edificar lo que fuera el primer zoológico en esa nación, que llegó a ser al más grande de la época por su riqueza, tamaño y fastuosidad, perdurando así durante el gobierno de Ptolomeo II, de 285 a 246 a. C.”[9] 
 
Durante el Renacimiento, la familia Médici, creó una importante colección de animales en el Vaticano. En el siglo XVI, el cardenal Hipólito de Médici tenía una colección de gente de diferentes razas. El mismo dijo que entre sus "bárbaros" se escuchaban hasta 20 idiomas, ya que tenía entre su "colección", moros, tártaros, indios, turcos y africanos. En esta época “el interés por los jardines zoológicos aumentó porque, con la conquista del nuevo mundo, llegaron a Europa numerosas especies desconocidas. Los españoles conocieron en México un espectacular grupo de animales tropicales reunidos por el emperador Moctezuma en Tenochtitlán.”[10]
El primer zoológico abierto data precisamente de éste período histórico, en donde Cósimo de Médici brinda en Florencia a través de la  exhibición, esparcimiento a los ciudadanos y “…fue Lorenzo de Médici quien lo encausó hacia los fines educativos, aunque desafortunadamente las fuentes consultadas no explican su naturaleza”[11] es así donde una anécdota histórica recae en la famosa Jirafa de los Médici:
“…La jirafa más conocida de la Historia ha sido la jirafa de Medici, la que enviaron en 1486 a Lorenzo de Medici. No fue la primera que trajeron a Europa. Julio Cesar llevó una a Roma el año 46 a.C. para los festejos de celebración de la victoria en Egipto. Entre los animales que completaron aquella expedición, la jirafa fue la que cosechó un mayor éxito. Los romanos pusieron un nombre (camelopardale) de origen griego a un animal hasta entonces desconocido; el nombre aúna los nombres de dos animales conocidos para los romanos, el camello y el leopardo, porque les pareció que sus características eran una combinación de las de ambos. De ahí procede, precisamente, su nombre científico, Giraffa camelopardalis. El nombre genérico, Giraffa, proviene del árabe de la palabra ziraafa o zurapha, y de “camelopardale”, la segunda palabra con que se denomina a la especie.
Lorenzo de Medici quiso emular al gran César, pues deseaba tener ante los florentinos el mismo prestigio y auctoritas que el que César tenía ante los romanos. Aunque no se sabe con total seguridad, parece ser que la jirafa se la regaló el sultán mameluco de Egipto al-Ashraf Qaitbay, ya que quería conseguir el apoyo de los Medici frente a los otomanos. La jirafa tuvo un éxito enorme entre los florentinos; tal fue su impacto en Florencia que hasta los artistas de la época dejaron constancia gráfica de la misma en algunas obras: la obra conocida como “La recolección del maná” de Il Bacchiacca es un buen ejemplo de ello, pero no el único.”[12]

Imagen 05: La jirafa de los Médici
Fuente:http://cadacosasutiempo.blogspot.mx/2012/11/la-jirafa-medicea-y-la-trastienda-del.html
 


[1] Lourdes Navarijo Ornelas, “Los zoológicos: ¿Cuál es su misión cultural?”, Revista Ciencias. Número especial. 7 de mayo de 1993, p. 72.
[2]Lourdes Navarijo Ornelas, El valor biológico y sociocultural del parque-zoológico de Chapultepec, tesis profesional, Facultad de Ciencias, UNAM, México, 1976, citado en Lourdes Navarijo Ornelas, “Los zoológicos: ¿Cuál es su misión cultural?”, Revista Ciencias. Número especial. 7 de mayo de 1993, p. 72.
[3] Conti González Báez, “Historia De Los Zoologicos”, [Fecha de consulta: 10 de agosto de 2012], Rescatado de: < http://radioredam.mx/grc/redam.nsf/vwALL/XPAO-6RZN34>
[4] Video-documental Egipto: un imperio de Ingeniería. The History Channel. Donde el pasado cobra vida. ZIMA Entertainment. RTC Secretaría de Gobernación DVDA-2163
[5] Conti González Báez, “Historia De Los Zoologicos”, Revista Zoo-animal, [Fecha de consulta: 10 de agosto de 2012], Rescatado de: <http://radioredam.mx/grc/redam.nsf/vwALL/XPAO-6RZN34>
[6] Conti González Báez, “Historia De Los Zoologicos” Revista Zoo-animal, [Fecha de consulta: 10 de agosto de 2012], Rescatado de: < http://radioredam.mx/grc/redam.nsf/vwALL/XPAO-6RZN34>
[7] Conti González Báez, “Historia De Los Zoologicos” Revista Zoo-animal, [Fecha de consulta: 10 de agosto de 2012], Rescatado de: < http://radioredam.mx/grc/redam.nsf/vwALL/XPAO-6RZN34>
[8] Juan J. Morrone y Adrián Fortino, ¿Deben existir los Zoológicos?, Revista de Divulgación Científica y Tecnológica de la Asociación Ciencia Hoy. Laboratorio de Sistemática y Biología Evolutiva, FCN y Museo, UNLP. Volumen 8 - Nº43 -Nov/Dic 1997. <http://www.cienciahoy.org.ar/hoy43/zool1.htm>
[9] Lívingston B. Animals, people, places. Arbor Hause Publishing. New York. 1974. Citado en Lourdes Navarijo Ornelas, “Los zoológicos: ¿Cuál es su misión cultural?”, Revista Ciencias. Número especial. 7 de mayo de 1993, p. 72.
[10] Juan J. Morrone y Adrián Fortino, ¿Deben existir los Zoológicos?, Revista de Divulgación Científica y Tecnológica de la Asociación Ciencia Hoy. Laboratorio de Sistemática y Biología Evolutiva, FCN y Museo, UNLP. Volumen 8 - Nº43 -Nov/Dic 1997. <http://www.cienciahoy.org.ar/hoy43/zool1.htm>
[11] Lívingston B. Animals, people, places. Arbor Hause Publishing. New York. 1974. Citado en Lourdes Navarijo Ornelas, “Los zoológicos: ¿Cuál es su misión cultural?”, Revista Ciencias. Número especial. 7 de mayo de 1993, p. 73.
 
[12] Juan Ignacio Pérez, El corazón de la jirafa y su “red maravillosa”, Animaladas, © EL CORREO DIGITAL, S.L., Sociedad Unipersonal.Registro Mercantil de Bizkaia, Tomo 3823, Libro 0, Folio 200, Sección 8, Hoja BI-26064, Inscripción 1ª C.I.F.: B-95050357. Bilbao. Copyright © EL CORREO DIGITAL S.L.U, BILBAO, 2008. [Fecha de consulta: 12 de mayo de 2012] Rescatado de <http://blogs.elcorreo.com/animaladas/2010/10/22/el-corazon-la-jirafa-y-su-red-maravillosa/>
 




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