domingo, 6 de enero de 2013

PRESENTACIÓN




PRESENTACIÓN
La noción de patrimonio cultural constituye una diversidad de expresiones que los pueblos generan a lo largo de su devenir histórico; dentro de estas expresiones se pueden identificar aquellas consideradas como tangibles (materiales) e intangibles (inmateriales), las cuales por su valor propio son considerados relevantes dentro de una sociedad y se transmiten a lo largo del tiempo para convertirse en un legado que va moldeando la identidad de un determinado grupo social, mostrando de esta manera valores culturales como expresiones de nacionalidad.
El concepto de patrimonio cultural  “apareció como consecuencia lógica, cuando las ciencias sociales definieron la cultura como elemento esencial de identificación, indivisible e inalienable, que la sociedad hereda de sus antepasados con la obligación de conservarlo y acrecentarlo para transmitirlo a las siguientes generaciones”.[1]
La dimensión que el concepto de patrimonio cultural posee incluye los diversos testimonios que el hombre va generando en  el tiempo, los cuales son evidencia de sus expresiones y cuyo valor es inestimable. Dentro de estas expresiones se van integrando y fortaleciendo cada vez más aquellas consideradas como intangibles, abarcando así tradiciones y costumbres consolidadas en un proceso de recreación colectiva. Es entonces que se habla de que la noción de patrimonio no solo incluye aspectos legados del pasado, sino también aquellos que caracterizan a una sociedad en cualquier momento de la historia.[2] Es así como la conformación del concepto de patrimonio cultural adquiere un sinnúmero de expresiones y manifestaciones que van  de lo individual a lo colectivo, así como en diversos contextos, por lo que su universalidad es cada vez más evidente. En lo referente al patrimonio cultural tangible, es interesante mencionar que este es determinado bajo ciertos valores y criterios que deben demostrar que es “necesario que estas sean reconocidas como propias y auténticas siendo asumidas por la colectividad e incorporadas a la forma de vida de un grupo social y transmitidas de generación en generación”.[3]
Pese a lo anterior, en los últimos años  el concepto de patrimonio ha llevado a realizar diversas actividades encaminadas a la protección de sobresalientes creaciones arquitectónicas y artísticas; obras testimonio de una época, y cuya ubicación por lo general se encuentra dentro de un ente vivo y dinámico como lo es la ciudad. Pero dicho concepto (patrimonio), se ha ampliado durante los últimos años con cuestiones relativas a las artes y tradiciones populares, la arquitectura urbana e industrial, paisajes rurales o incluso paisajes naturales creados por el hombre. Estos testimonios no apreciados hasta entonces conllevan una dimensión estética que atañe especialmente al paisaje. Sin embargo es incuestionable que se vive una época de grandes contrastes. Uno de los mayores es el creciente interés por salvaguardar plantas y animales, al mismo tiempo que los ecosistemas son destruidos a un ritmo acelerado. En las últimas décadas esta situación ha sido el tópico central de diversos foros, quedando planteada la importancia de la diversidad biológica, lo que en estos momentos se traduce en un logro, el que el medio físico y biológico sea aceptado como parte del patrimonio cultural común de la humanidad.
Así pues, resulta trascendental tratar en el presente trabajo la concepción espacial bajo la cual se origina el zoológico Benito Juárez en Morelia, así como la misión cultural de su acervo natural. El propósito central es el ofrecer un panorama del papel que ha desempeñado, para así poder distinguir prioridades, tomando en consideración que las sociedades de hoy deben de asumir su responsabilidad y fungir como las depositarias de las riquezas que brinda la naturaleza en conjunción con la creatividad humana.
En términos generales y desde una perspectiva actual, la importancia de los estudios de paisaje en los zoológicos ha servido como “un instrumento que ayuda a comprender el papel que juega el hombre en un medio ambiente, identificando áreas prioritarias, valorando su estado y proyección”.[4] Sin embargo, se debe estar consciente de que una interrelación ha fungido como una constante en los estudios de paisaje, esta es la interrelación físico-ecológica y cultural, la cual se sintetiza en una imagen final. Así, aunado a lo anterior, el paisaje es definido como “la apreciación visual de un territorio, por lo tanto es necesario incorporar la percepción que tienen los individuos del mismo”.[5] Así, se habla de que la percepción de un paisaje girará en torno a la persona de quien lo observa, contempla, analiza y construye, dependiendo de su grado de apreciación o interés sobre ciertos elementos físicos.
Se habla entonces que una de las cualidades del paisaje es la composición física, a través de la cuál se generan formas y escenarios visuales, los cuáles pueden ser percibidos por el hombre. La complejidad que un paisaje genera, sugiere cierta organización para el hombre en donde las formas y cada uno de los componentes están  dispuestos todos ellos bajo un orden espacial  y temporal que, al ser percibido por el hombre, le sugiere una cierta forma de organización – o de desorganización – del territorio.
El análisis de la relación de paisaje, zoológico y cultura expuesta, plantea un sinnúmero de inquietudes en torno al papel que deben de desempeñar los zoológicos en la actualidad. El problema prioritario es encontrar los mecanismos adecuados que permitan influir en la actitud mental de los seres humanos en beneficio de de la naturaleza. Hay que generar desde luego, los procesos de reconocimiento, comprensión y valoración, pues no se puede conservar aquello a lo que no se le ha otorgado un valor dentro de los contextos culturales actuales.
La educación y difusión dirigida hacia los recursos naturales, constituye una necesidad apremiante, por lo que, lo conducente es protocolizar la responsabilidad que tienen los zoológicos para actuar como centros de educación ambiental, no formal, lo que hace indispensable la adquisición de un carácter de obligatoriedad hacia las actividades educativas y de difusión.  
El zoológico permite enfatizar cómo la participación del hombre influye en el medio y puede contribuir a su protección  o degradación. Además a través de su exhibición, se puede fomentar el respeto hacia la fauna y mostrar la importancia de la convivencia. Ello tendría como resultado el que los zoológicos adquieran un nivel de Centros de cultura ecológica cuya misión sea la de coadyuvar en la formación de los hombres del mañana para que aprendan a asumir la gestión del planeta. Se debe enseñar, en primera instancia, que la conservación del patrimonio natural de un país es vital para la supervivencia misma de la especie humana; en muchos casos el zoológico es la única forma real de contacto con los seres vivos.


[1] Chanfón Olmos Carlos, Fundamentos Teóricos de la restauración, UNAM, Facultad de Arquitectura, Tercera Edición, México, 1996, p 53, citado en  Carlos Alberto Hiriart Pardo,  La gestión del turismo cultural en Michoacán y sus impactos en el patrimonio monumental de Morelia y Pátzcuaro, Tesis de doctorado en arquitectura, Morelia, Universidad Autónoma de Aguascalientes, Universidad de Colima, Universidad de Guanajuato y Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 2006, p. 25.
[2] Carlos Alberto Hiriart Pardo,  La gestión del turismo cultural en Michoacán y sus impactos en el patrimonio monumental de Morelia y Pátzcuaro, Tesis de doctorado en arquitectura, Morelia, Universidad Autónoma de Aguascalientes, Universidad de Colima, Universidad de Guanajuato y Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 2006, p. 27.
[3] Pastor, Alfonso J. María, “El patrimonio cultural como opción turística” en Revista Horizontes Antropológicos (en línea), Vol.9, 003, No. 20, p. 6, [Fecha de consulta: 28 de junio de 2004], <http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0104-71832003000200006&lng=pt&nrm=iso>
[4] Guillermina Fernández y Aldo Guzmán Ramos, “La importancia de los estudios de paisaje para la ordenación y planificación del turismo: estudio de caso en Argentina”, Instituto de Geografía UFU, España, [Fecha de consulta: 25 de marzo de 2007], <http://www.ig.ufu.br/revista/volume13/artigo01_vol13.pdf>.
[5] Guillermina Fernández y Aldo Guzmán Ramos, “La importancia de los estudios de paisaje para la ordenación y planificación del turismo: estudio de caso en Argentina”, Instituto de Geografía UFU, España, [Fecha de consulta: 25 de marzo de 2007], <http://www.ig.ufu.br/revista/volume13/artigo01_vol13.pdf>.



No hay comentarios:

Publicar un comentario